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Insights

¿Cómo afecta la tendinopatía de Aquiles a la calidad de vida?
28 Jul 2023

Tradicionalmente, las dolencias se han abordado únicamente desde un punto de vista físico. Actualmente, en cambio, se está imponiendo una nueva tendencia integral y holística. Y con ella, la evidencia: comprender al paciente y entender las afectaciones de su lesión en su vida diaria son parte fundamental del tratamiento y, en consecuencia, de su recuperación.

¿Qué es una tendinopatía de Aquiles?

La tendinopatía de Aquiles (TA) es una lesión por uso excesivo del tendón de Aquiles, la banda de tejido que conecta los músculos de la pantorrilla en la parte posterior de la pierna con el hueso del talón.

Se trata de una condición clínica caracterizada por dolor y engrosamiento del tendón que afecta los tendones y las estructuras cercanas, causando limitaciones funcionales y deterioro de la capacidad de carga [1, 2].

¿Cómo se produce una tendinopatía de Aquiles?

Su etiología es multifactorial: algunos estudios indican que los factores intrínsecos podrían incluir anomalías biomecánicas de la extremidad inferior (como, por ejemplo, una discrepancia en la longitud de las piernas), diabetes, hipertensión, obesidad, gota, edad, etc. Estos factores de riesgo podrían combinarse con factores extrínsecos, que incluyen sobrecarga mecánica excesiva (como aumentos o reducciones repentinos en los niveles de entrenamiento) [3] y equipamiento deportivo inadecuado [4, 5 y 6].

¿Quién puede sufrir una tendinopatía de Aquiles?

La tendinopatía de Aquiles es una de las lesiones por uso excesivo de tobillo y pie más frecuentes, y una lesión común en deportistas que saltan con asiduidad, como jugadores de baloncesto y voleibol, tanto recreativos (que van del 11,8 % al 14,4 %) como de élite (del 32 % al 45 %) [7]. Pero la TA también se produce en personas que participan en actividades de carrera [4] y bailarines profesionales [8].

Aún así, no se limita a las poblaciones de deportistas: también tiene una alta incidencia en la población general.

Impacto económico de la tendinopatía de Aquiles

La tendinopatía de Aquiles impacta negativamente en la conexión social y el bienestar psicológico de los pacientes, reduciendo su calidad de vida. No es fácil de diagnosticar en una etapa temprana [2, 9], tiene mal pronóstico y una alta incidencia de cronicidad y recurrencia [10, 11].

De hecho, el número de intervenciones relacionadas con tendones realizadas en todo el mundo ha ido aumentando con el tiempo, con aproximadamente 30 millones de intervenciones cada año. Esto se traduce en mayores costes sanitarios, estimados en unos 140.000 millones de euros [8, 12]. Como puede constatarse, estas lesiones se asocian con altos costes socioeconómicos y de atención médica, rehabilitación posoperatoria a largo plazo y pérdida de productividad[12].

Impacto psicológico de la tendinopatía de Aquiles

A pesar de la evidencia, pocas investigaciones avalan el efecto sobre la calidad de vida del paciente y la efectividad del tratamiento.

Es a partir de esta necesidad que se desarrolla la revisión Psychosocial and individual factors affecting Quality of Life (QoL) in patients suffering from Achilles tendinopathy: a systematic review (Josep Verges et al., 2022).

La revisión, a partir de artículos y estudios ya existentes, tuvo como objetivo resumir la información actual sobre la calidad de vida en pacientes que sufren esta dolencia desde diferentes ángulos: en comparación con una población sana o los factores individuales informados que influyen en ella, entre otros.

Resultados del estudio

Todos los estudios informaron que los pacientes con TA tenían una peor calidad de vida, y que algunos factores tenían un efecto adverso más significativo en la calidad de vida que otros.

  • En los estudios incluidos en esta revisión que comparan la calidad de vida entre pacientes con TA y sin TA, los pacientes con TA generalmente informaron una calidad de vida deficiente en comparación con la población sin TA [13, 14 y 15].
  • Cuando se comparó a las mujeres con los hombres, las mujeres informaron una peor calidad de vida. Knobloch et al. [16] constató que los resultados fueron desfavorables entre las mujeres en comparación con los hombres. Además, las mujeres no se beneficiaron tanto del entrenamiento excéntrico o de estiramiento como los hombres [17, 16].
  • La edad fue otro factor que influyó en la percepción de la calidad de vida de los pacientes. Fen et al. [18] informaron que la satisfacción del paciente era menor entre los pacientes mayores de 60 años, en comparación con los pacientes más jóvenes. De manera similar, Knobloch et al. [16] encontraron peor calidad de vida y menos mejoría en mujeres mayores de 50 años, en comparación con la población más joven del mismo género.
  • Los pacientes con TA informaron una calidad de vida similar o peor que los individuos con otras enfermedades musculoesqueléticas como la artritis reumatoide (AR), la osteoartritis (OA) y la fibromialgia [2].
  • El peso, la talla y el IMC no mostraron un impacto significativo.
  • Mc Auliffe et al. [19] hallaron que la TA afectó psicológicamente a los pacientes, ya que sintieron una pérdida de autoestima. Además, los pacientes informaron frustración porque los profesionales no podían explicar la TA y tenían opiniones diferentes. Turner et al. [20] confirmaron que 5 de cada 15 pacientes sintieron frustración o insatisfacción con su red de atención médica. Los participantes de este estudio informaron que la información ofrecida era inconsistente y que los médicos no explicaban la condición en un lenguaje sencillo.
  • Los pacientes que participaron en diferentes programas de ejercicio (fortalecimiento y estiramiento) mostraron mejoras en la calidad de vida.
  • Se informó que la pérdida de la capacidad para hacer ejercicio tiene un impacto significativo en la calidad de vida de los pacientes[21], afectando la salud general y la calidad de vida[16].
  • Los estudios incluidos en esta revisión muestran que la calidad de vida afecta tanto a pacientes con niveles de actividad bajos como altos, ya que ambos grupos mostraron grados más altos de kinesiofobia.
  • La cirugía es una opción de tratamiento común cuando fallan las opciones no quirúrgicas[22]. La intervención quirúrgica de TA mejoró la calidad de vida de los pacientes, aunque los resultados variaron según la edad.

Las intervenciones y la tendinopatía de Aquiles

El tratamiento conservador para la TA incluye ultrasonido terapéutico, intervención de ondas de choque, inyección de plasma rico en plaquetas (PRP) e inyección simulada, y dependiendo de la degeneración del tendón, también se puede realizar una cirugía mínimamente invasiva y abierta [4]:

  • Un estudio detectó que la intervención con ondas de choque tuvo mejores resultados que la intervención con ultrasonido terapéutico.
  • La inyección de PRP no mostró diferencias significativas en la calidad de vida.
  • Algunos estudios mostraron que la intervención quirúrgica y su impacto en la calidad de vida dependían de variables demográficas y solo mejoraban los componentes físicos.

Conclusiones principales

La TA es una condición problemática, tanto para el individuo como para el personal sanitario. La revisión aquí resumida mostró que los pacientes con TA tienen una calidad de vida peor que la población general y destacó la importancia de reconocer, evaluar e integrar los diferentes aspectos de la calidad de vida dentro de los protocolos de tratamiento para mejorar los resultados de los pacientes. También muestra la necesidad de dar a los profesionales sanitarios herramientas que les ayuden a entender mejor al paciente.

En cualquier caso, también se sugiere la necesidad de realizar más investigación sobre pacientes con TA para comprender mejor los aspectos que conducen a una calidad de vida deficiente.

Fuentes:

  1. Aicale R, Oliviero A, Maffulli N. Management of Achilles and patellar tendinopathy: what we know, what we can do. J Foot Ankle Res. 2020;13:1–10.
  2. Sleeswijk Visser TSO, Van Der Vlist AC, Van Oosterom RF, et al. Impact of chronic Achilles tendinopathy on health-related quality of life, work performance, healthcare utilisation and costs. BMJ Open Sport Exerc Med. 2021;7:e001023.
  3. O’Neill S, Watson PJ, Barry S. A delphi study of risk factors for achilles tendinopathy- opinions of world tendon experts. Int J Sports Phys Ther. 2016;11:684.
  4. Li HY, Hua YH. Achilles Tendinopathy: Current Concepts about the Basic Science and Clinical Treatments. BioMed Res Int. 2016. https://doi.org/10. 1155/2016/6492597. Epub ahead of print 2016.
  5. 12. Magnan B, Bondi M, Pierantoni S, et al. The pathogenesis of Achilles tendinopathy: a systematic review. Foot Ankle Surg. 2014;20:154–9.
  6. 13. Silbernagel KG, Hanlon S, Sprague A. Current clinical concepts: conservative management of achilles tendinopathy. J Athl Train. 2020;55:438–47.
  7. Cardoso TB, Pizzari T, Kinsella R, et al. Current trends in tendinopathy management. Best Pract Res Clin Rheumatol. 2019;33:122–40.
  8. Loiacono C, Palermi S, Massa B, et al. Tendinopathy: Pathophysiology, Therapeutic Options, and Role of Nutraceutics. A Narrative Literature Review. Medicina (B Aires). 55. https://doi.org/10.3390/MEDICINA55 080447. Epub ahead of print 1 August 2019.
  9. 14. Wang Y, Zhou H, Nie Z, et al. Prevalence of Achilles tendinopathy in physi- cal exercise: a systematic review and meta-analysis. Sport Med Heal Sci. 2022;4:152–9.
  10. Fredberg U, Stengaard-Pedersen K. Chronic tendinopathy tissue pathology, pain mechanisms, and etiology with a special focus on inflamma- tion: Review. Scand J Med Sci Sport. 2008;18:3–15.
  11. Ackermann PW, Renström P. Tendinopathy in sport. Sports. Health. 2012;4:193–201.
  12. Lomas AJ, Ryan CNM, Sorushanova A, et al. The past, present and future in scaffold-based tendon treatments. Adv Drug Deliv Rev. 2015;84:257–77.
  13. 19. Plinsinga ML, Van Wilgen CP, Brink MS, et al. Patellar and Achilles tendinopathies are predominantly peripheral pain states: a blinded case control study of somatosensory and psychological profiles. Br J Sports Med. 2018;52:284–91.
  14. Lewis TL, Yip GCK, Robertson K, et al. Health-related quality of life in patients with Achilles tendinopathy: comparison to the general popula- tion of the United Kingdom. Foot Ankle Surg. 2022;28:1064–8.
  15. Martin RRL, Manning CM, Carcia CR, et al. An outcome study of chronic Achilles tendinosis after excision of the Achilles tendon and flexor hallucis longus tendon transfer. Foot ankle Int. 2005;26:691–7.
  16. 24. Knobloch K, Schreibmueller L, Kraemer R, et al. Gender and eccentric training in Achilles mid-portion tendinopathy. Knee Surg Sport Traumatol Arthrosc 2009 185 2009;18: 648–655.
  17. 22. Nørregaard J, Larsen CC, Bieler T, et al. Eccentric exercise in treatment of Achilles tendinopathy. Scand J Med Sci Sport. 2007;17:133–8.
  18. Phen HM, Manz WJ, Mignemi D, et al. Outcomes of Operative Man- agement of Insertional Achilles Tendinopathy in the Young vs Elderly. 2020;5:247301142092610. https://doi.org/10.1177/2473011420926101.
  19. 26. Mc Auliffe S, Synott A, Casey H, et al. Beyond the tendon: Experiences and perceptions of people with persistent Achilles tendinopathy. Musculo- skelet Sci Pract. 2017;29:108–14.
  20. 21. Turner J, Malliaras P, Goulis J, et al. “It’s disappointing and it’s pretty frustrating, because it feels like it’s something that will never go away.” A qualitative study exploring individuals’ beliefs and experiences of Achilles tendinopathy. PLoS One. 2020;15:e0233459.
  21. 34. Mallows A, Head J, Goom T, et al. Patient perspectives on participation in exercise-based rehabilitation for Achilles tendinopathy: a qualitative study. Musculoskelet Sci Pract. 2021;56:102450.
  22. Tallon C, Coleman BD, Khan KM, et al. Outcome of Surgery for Chronic Achilles Tendinopathy. 2017;29:315–320. https://doi.org/10.1177/03635 465010290031101.

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