Entrevista con Rocío Pomares, directora de Psicología de Alto Rendimiento del Fútbol Club Barcelona
“La motivación es el motivo que te lleva a la acción. Es el motor. Si no hay motivación es muy difícil que se llegue a rendir a un buen nivel, sobre todo en alto rendimiento, porque se necesita mucha energía para pagar el precio que supone llegar a metas tan altas”. Para Rocío Pomares, directora de Psicología de Alto Rendimiento del FC Barcelona, trabajar la motivación con los deportistas es fundamental, “pero siempre una motivación que vaya de dentro hacia afuera, y no al revés”.
Pomares sostiene que la motivación debe ser entrenada como si fuera un músculo. “La motivación también necesita un calentamiento”. Como ejemplo, señala la importancia de escoger bien la música antes de un entrenamiento o un partido. “Si un deportista quiere competir al máximo nivel, un pequeño calentamiento puede ser poner una determinada música que le motive”, asegura. Esta dinámica debe ser regular y no sólo en los días de competición. “No se puede no haber entrenado y pretender que salgan las cosas el día importante, porque luego sucede lo mismo que a un músculo que no ha sido entrenado: que no rinde a su máximo nivel”. Por eso, Pomares recomienda entrenar la motivación de forma regular, haciendo siempre calentamiento y entrenamiento. “Así, el día de competición, el deportista puede aplicar lo que ha entrenado”.
Aun así, la directora de Psicología del FC Barcelona hace hincapié en la importancia de desmitificar la motivación en el ámbito del deporte profesional. “Al final, en la vida profesional, no se está siempre un 100% motivado y, aun así, se logra hacer el trabajo. En la vida no todo se hace por motivación. Cuando uno es adulto, tiene que hacer las cosas por disciplina, por compromiso, con los demás y consigo mismo, y por otras motivaciones que son más trascendentales que el simple hecho de buscar placer”.
Tipologías de motivación
Pomares clasifica los tipos de motivación en tres categorías:
- Motivación extrínseca o externa
- Motivación intrínseca o interior
- Motivación trascendente.
“Sobre todo, hay que nutrirse de los motivos internos y trascendentes. Internos como la satisfacción de dominar algo difícil de forma fácil; de la sensación de competir, de lo que se siente cuando el pie, o la mano, coge ese balón. Trascendentes, como inspirar a los niños o hacerlo bien por un ser querido que ya no está: los motivos trascendentes siempre multiplican el rendimiento. En cambio, los motivos externos, como son el reconocimiento, la fama o el dinero, se desvanecen rápido. En el momento que un deportista pierde lo que le llevó a practicar ese deporte, todo empieza a dejar de tener sentido. Si solo se mueve por dinero, por fama, le queda poco tiempo de carrera”. La tipología de motivación que mueva al deportista también determinará su capacidad para recuperarse tras una derrota. “Si tienen motivación interna o trascendente, se reactivan solos. El día de la derrota los jugadores están irritables, pero luego lo ven como un reto, como otra oportunidad para superarse. Cuando todo depende de la motivación externa, es muy difícil reactivarlos. Si uno se mueve por un resultado y el resultado no está, no avanza”.
Diferencias entre los equipos masculinos y femeninos
En este sentido, Pomares ha percibido ciertas diferencias en los tipos de motivación entre los primeros equipos masculinos y femeninos. “En el primer equipo masculino hay muchas motivaciones externas. Las mujeres, al no haber tenido referentes hasta ahora para llegar a un primer equipo, necesitaban una motivación muy interna, porque no había nada de fuera que las motivara”. Las actuales deportistas profesionales que han llegado a la élite emprendieron su carrera profesional sin motivaciones externas, sino más bien con lo contrario: bajas perspectivas salariales, falta de repercusión mediática y dificultades ante una eventual maternidad. Según Pomares, todos estos obstáculos de partida implican que, las jugadoras que han llegado al primer equipo, “tengan una motivación muy interna; que les fascine y les apasione lo que hacen; que disfruten y que sean muy competitivas. Y eso no es fácil de encontrar”.
Por eso, Rocío Pomares asegura: “La motivación y la fuerza que he visto en las chicas en el primer equipo es impactante. Además, aparte de las motivaciones intrínsecas que tienen desde pequeñas y las han llevado hasta aquí, tienen una motivación trascendental: dejar a la mujer en el lugar que le corresponde. Y muchas se mueven también por esa motivación: ser una de las que ha luchado por dejar claro cuál es el papel de la mujer en la sociedad”.
Herramientas para gestionar la falta de motivación
A la hora de acompañar a los deportistas profesionales en la gestión de su motivación, la metodología de Pomares no sólo pasa por entender de dónde surge su motivación, sino también por alcanzarla desde la acción. Usar lo físico, y no sólo lo racional, para lograr estar motivados. “La neurociencia ha demostrado que cuerpo y mente están totalmente conectados. Los humanos, a parte de los cinco sentidos, tenemos como un sexto sentido; lo que en psicología se conoce como los receptores propioceptivos.
Por ejemplo, la postura corporal le da una información al cerebro de cómo uno se siente. Cuando uno no está motivado, la herramienta más fácil es actuar. Actuar como si se estuviera motivado: la postura física le mandará información al cerebro indicando motivación, y éste buscará más fácilmente motivos para estar bien”.
Para los deportistas de élite, la falta de motivación puede resultar muy frustrante. “El deporte está muy relacionado con la idea de que el deportista tiene que estar muy motivado y tiene que disfrutar. Yo intento que el jugador no se centre tanto en estar motivado sino en que haga lo necesario para hacer bien su trabajo”.
Según Rocío Pomares, un factor determinante es el foco de atención, centrarse en lo que uno puede controlar y dejar de invertir energía en lo que no. En este sentido, Pomares compara la profesión del deportista de élite (o cualquier profesional expuesto a situaciones de alto rendimiento) con la actuación. “Lo más importante es que no se note si uno no está motivado”. Tal y como ella indica, “el deporte es un espectáculo, y si el jugador se está aburriendo, no se le puede notar”.
La gestión de la motivación también varía en función de si el deporte practicado es individual o de equipo. “En un deporte individual es mucho más complejo. En deportes de equipo, el jugador se puede apoyar en los compañeros, le pueden ayudar a activarse con un grito, con un mensaje de apoyo…en el individual es más difícil”. Aunque, en este sentido, señala un caso excepcional dentro del deporte de equipo: la figura del portero. “Al estar más solo, en cierto modo es más difícil de gestionar. Es como un deportista individual en un deporte de equipo”.