Han pasado casi 25 años desde que algunas empresas consiguieron abrir las puertas de los vestuarios para poner chips a los jugadores. Eran chalecos con un GPS incorporado. Prototipos que apenas permitían medir la distancia recorrida, la velocidad máxima alcanzada, los momentos de aceleración. Fue una revolución. En apenas una década los aficionados de todo el mundo empezaron a preguntarse qué era aquel sujetador que llevaban los jugadores con marcas tecnológicas en el pecho. Esos logotipos de startups estratégicamente visibles aventuraban uno de los retos que hoy sigue encontrando la tecnología en el fútbol: democratizar su uso. Marketing de toda la vida. Compra seis chalecos y si los jugadores muestran mi marca, te regalo los del resto del equipo. Los chalecos entraron de manera masiva en el fútbol hace más de una década.
De la elite al fútbol amateur los GPS se añadieron a los petos y los conos como un material imprescindible de clubes de todo el mundo. En 2015 la International Football Association Board (IFAB) autorizó su uso en las competiciones. El Mundial femenino de Canadá fue el banco de pruebas. Han pasado 10 años y la tendencia de medición y análisis de datos en el fútbol tiene nuevos desafíos por delante: “Democratización de su uso, estandarización de los datos y personalización”. El director del Barça Innovation Hub, Albert Mundet, cree que esos tres verticales son la base de la tecnología que está por venir.
DEMOCRATIZACIÓN
“Actualmente existe una tensión tecnológica entre dos tipos de tecnologías de medición con ventajas e inconvenientes, óptica (a través del vídeo) y la que se basa en wearables. La primera te permite tener datos tácticos de forma no invasiva a través del etiquetado de eventos del partido o del tracking de la posición de los jugadores de los dos equipos y del balón en el campo. Y la segunda es más útil para preparadores físicos por medir con exactitud el estrés condicional que tiene cada jugador durante el partido”, resume Mundet. La tecnología del tracking óptico está basada en la instalación de cámaras en el estadio y la detección de la posicion a través del contraste de los colores de los pixeles”. Es una tecnología aun cara porque no está 100% automatizada. Además es de difícil aplicación en los entrenamientos debido a la variabilidad de los campos y objetos que forman parte de los entrenamientos.
En el caso de LaLiga en España los clubes cuentan con Mediacoach una solución de La Liga para proveer de información táctica proveniente de la fuente de video.
El tracking de eventos es lo utilizado por las empresas de estadísticas, especialmente útiles para el scouting y no tanto para el análisis táctico que buscan los entrenadores. “El problema del sistema de tracking posicional para el scouting es que no tiene la ubicuidad que sí tiene el uso del eventing. Es decir, no existe un sistema de tracking posicional en la segunda división de Brasil por poner un ejemplo, aunque sí han avanzado para estos casos el uso de cámaras de autoproducción”, añade Mundet.
Los otros tipos de dispositivos en chalecos permiten a través sensores obtener muchos datos especialmente útiles para que los preparadores físicos midan en estrés mecánico al que son sometidos los jugadores en los partidos. El problema de los dispositivos es que pueden ser incómodos para los jugadores y además cada club utiliza un wereable diferente. “Por tanto, la potencial tendencia es que la liga unifique el dispositivo para todos los clubes. ¿Hay ejemplos ya? Sí, toda la liga mexicana utiliza el wearable de Real Track Systems, una empresa española, que se utiliza en primera, segunda y liga femenina. Lo bueno de este sistema es que puede comparar los resultados del partido con el entrenamiento”.
El avance imparable del desarrollo de esta tecnología ha permitido ofrecer soluciones más económicas al futbol semiprofesional y amateur. Es el caso de OLIVER, empresa participada por el Bihub, que por un coste alrededor de 3.000 euros al año ofrece a muchos clubes la monitorización de sus jugadores todo el año. “Desde que empezamos a crear nuestro tracker teníamos un objetivo en mente: crear una tecnología accesible no solo en precio sino en facilidad de uso para que todo los y las futbolistas del mundo puedan medir su juego”, explica Ezequiel Torti, CTO y co-fundador en OLIVER.Clubes como el Barça utilizan sistemas profesionales de weareable profesional con coste de entre 30.000 y 50000 euros anuales por equipo. La formación para el análisis táctico de los datos también se ha democratizado en la oferta académica para futuros entrenadores como los cursos de análisis tácticos del Bihub.
ESTANDARIZACIÓN
Este ejemplo de la liga de México nos lleva al segundo reto, que es la estadarización del dato que permitirá hacer más útil la inteligencia artificial alimentada con datos. Es decir, volumen para el big data. Acuciada por la petición de los clubes para facilitar el desarrollo tecnológico en un sistema único la FIFA junto con el FC Barcelona ha desarrollado un sistema único para medir los datos de los futbolistas. “la creciente disponibilidad de fuentes de información y la necesidad de centralización de datos hace que sea muy difícil para los clubes mantener el ritmo creciente de esta industria, con respecto a las necesidades de integración continua y mantenibilidad de los datos. También la naturaleza ad hoc de los formatos proporcionados hace que sea más difícil integrar información de diferentes fuentes, lo que hace que los avances en este ámbito sean más lentos”, explica la FIFA ( https://fifa-quality-prod-1.azurewebsites.net/media/171893/standard-transfer-format-documentation.pdf ).
“Antes de esta medida si un club cambiaba de proveedor perdía el histórico de datos”, explica Mundet que advierte de uno de los grandes escollos que impide compartir los datos entre clubes: la competitividad. “Imaginemos que sabemos que un jugador tiene riesgo de lesión cuando es obligado a jugar hacia un costado, pues el oponente podría cargar el juego hacia este lado para perjudicarlo. Son informaciones sensibles”, añade. La traducción futura de este sistema unificado será especialmente útil para poder tener el histórico de los jugadores cuando cambien de equipo. Los jugadores cambiarán de club con sus datos incorporados de manera que los clubes puedan incorporar esta información para poder personalizar entrenamiento y prevención de lesiones.
PERSONALIZACIÓN
La opinión del jugador es clave en cualquier avance tecnológico en el fútbol y uno de los retos a solucionar es evitar que los sistemas sean muy invasivos. Por eso dispositivos como el de OLIVER que sitúa el tracking en la media en lugar de un chaleco son especialmente atractivos. «La colocación en la pierna surgió no solo para poder agregar una capa métricas de interacción con el balón, sino también, como una solución menos invasiva y más cómoda para los jugadores y jugadoras”, añade Jose Gonzalez Ruzo, CEO y co-founder de OLIVER. Y sucede lo mismo con la última tendencia a la que mira la industria tecnológica en el fútbol, la personalización de los datos externos del jugador, con los datos internos. ¿Cómo varía la fisiología de un atleta cuando está en pleno esfuerzo? ¿Qué sucede en el interior del cuerpo del futbolista cuando se lesiona, tira un penalti, dispara a puerta o corre un contraataque? En un juego de ciencia ficción, el deseo de la industria sería poder ver en tiempo real todos los valores biométicos de los futbolistas durante un partido. Para ello sería necesario tener dispositivos de captación de datos en la sangre de un futbolista. Sin llegar a tanto, los wereables ya pueden medir de manera sencilla el ritmo cardiaco.
“Cuando hace 16 años ocurrió la tragedia de Antonio Puerta muchas empresas avanzaron para detectar cardiopatías en los jugadores”, explica Mundet. Y la industria ya está probando maneras de medir la fisiología de los jugadores sin necesidad de invadir su cuerpo. ¿Cómo? Midiendo el sudor. La empresa ONALABS lo resume así: “Somos la única compañía capaz de leer, medir y monitorizar de forma continua y no invasiva parámetros fisiológicos clave a través del sudor. La tecnología de ONALABS convierte el sudor en un biofluido inteligente y la piel en una plataforma de datos”. Los datos con los que trabaja este proyecto son: la presión arterial, saturación de oxígeno, pulso cardíaco, temperatura cutánea y actividad y posibles caídas.
Los dispositivos que permiten obtener esos datos ya están activos en el sector de la salud, no solo en el deportivo. “Las posibilidades en este campo son muy grandes. En la medición de datos de estrés condicional, lo que llamamos carga externa ya se ha avanzado mucho. Por ejemplo estamos impulsando un proyecto de I+D que permite adaptar el entrenamiento a los momentos de la temporada donde esas cargas mecánicas van a estresar más el cuerpo. Lo que hay poco es en la respuesta fisiológica. Hay chequeos médicos para minimizar riesgos pero se puede avanzar mucho en obtener mejor información para tratar a cada futbolista de forma mucho más personalizada mediante datos biométricos”, explica el director del Bihub.
Paradójicamente es en el fútbol femenino donde se están dando pasos más avanzados que en el masculino para recabar este tipo de datos. Como explica la doctora Eva Ferrer, el Bihub a través de los equipos femeninos está tratando de explicar cómo funciona el cuerpo de las mujeres en el ciclo menstrual a través de análisis fisiológico durante los partidos y entrenamientos (https://barcainnovationhub.fcbarcelona.com/es/blog/afecta-el-ciclo-menstrual-a-la-fuerza-y-potencia-de-las-deportistas-de-elite/). El reto es medir el cambio hormonal que producen las diferentes etapas del ciclo menstrual y su relación con las lesiones o el rendimiento.