
Coaches Academy II
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La planificación de los entrenadores en el deporte de alto nivel supone la descripción, previsión, organización, diseño y evaluación de todos los estímulos del entrenamiento. Se trata de lograr el mejor estado de forma posible para ayudar al deportista a tener éxito en la competición. Sin embargo, mientras en los deportes individuales ese estado bioenergético o técnico-táctico debe ser el máximo posible, en los deportes de equipo no sucede de la misma manera. Hay muchos más elementos a tener en cuenta.
De acuerdo con la propuesta de Seirul·lo1,2,3, el estado de forma de un jugador en deportes de equipo debe ser entendido desde diferentes perspectivas:
El estado de forma de un deportista se logra con la continua auto-optimización de todos los sistemas (coordinativo, cognitivo, condicional, biológico, sociafectivo, mental y emotivo-volitivo) 4,5 que configuran a cada persona y que se manifiesta en la constante mejora de su rendimiento dentro del equipo. Para alcanzar ese estado de forma debemos reconocer los sistemas que deben ser trabajados preferencialmente en cada especialidad y para cada jugador (puesto específico, talento, necesidades personales de cada deportista,…). Además, el entrenamiento debe encontrar la mejor mezcla de contenidos para desarrollar tanto las necesidades preferentes de cada atleta para su forma de jugar como aquellos aspectos no preferentes que son también muy relevantes para construir la mejor versión del deportista. En esa individualización de la preparación debemos entender el momento de vida deportiva en el que se encuentran los jugadores. Cuando el deportista se inicia, los momentos de su vida deportiva son poco homogéneos e irregulares en su rendimiento. A lo largo de su carrera deportiva, estos momentos se irán estabilizando temporalmente, consiguiendo que su rendimiento sea más regular y constante. La maduración del deportista se identifica en que los momentos de forma se pueden adecuar al nivel que la competición requiere. Por tanto, desde la perspectiva del jugador, se entiende el estado de forma como la confluencia de ciertos estados de optimización de los sistemas del individuo implicados en cada momento de su vida deportiva.
En los deportes de equipo se compite en la temporada contra 25-35 equipos distintos. El nivel de cada jugador tiene que ver con el éxito que manifiesta en las acciones específicas durante el partido. Cuando se enfrentan dos jugadores en momentos similares de su vida deportiva tendrá más posibilidades de tener de ganar el que posea más talento o el que haya vivenciado mejores experiencias y contenidos de entrenamiento en su planificación. El enfrentamiento entre jugadores que se encuentran en distintos momentos de su vida deportiva suele favorecer al deportista que se encuentra en una fase más avanzada. Por eso los jugadores con experiencia (veteranos) pueden superar, estando alejados de su mejor forma individual, a oponentes que no están tan formados. Para el entrenador es muy importante conocer el nivel que los tienen los jugadores del equipo contrario para gestionar adecuadamente la planificación de los contenidos del entrenamiento y preparar los sistemas de sus jugadores que hagan más daño en las debilidades del oponente, sin que ello suponga el logro de un verdadero estado de forma para sus jugadores.
El entrenador debe conocer los requisitos mínimos y máximos de forma individual que son necesarios para la resolución de las formas de jugar dependiendo del puesto específico y de cada deportista. Es muy importante que el entrenador logre una homogeneidad en el estado de forma actual de todos los miembros de su equipo. Se trata de lograr las interacciones específicas necesarias entre los distintos deportistas que deben concretarse en las formas de jugar del equipo. Ese estado de forma puede que nos sea simultáneamente el mejor para todos los individuos, pero sí tiene que sea el necesario para poder colaborar individualmente en la realización de los sistemas tácticos colectivos. Así, es posible que un jugador en una baja forma individual pueda resolver las funciones específicas en un puesto concreto, en el que sólo sean necesarios los niveles de rendimiento que él dispone en ese momento. La evaluación de ese deportista puede ser entonces de óptimo estado de forma, pero sólo para ejecutar ciertas funciones específicas en una demarcación táctica concreta. Ese individuo cuando se va a aproximando a su mejor estado de forma individual debe modificar sus funciones colectivas respecto a sus compañeros. La labor del entrenador consiste en sacar el mayor rendimiento colectivo de los estados de forma inter-individuales que tienen los jugadores en cada momento.
En los deportes de equipo la temporada dura entre 9 y 10 meses con momentos dentro del calendario de competiciones más o menos relevantes. El entrenador debe comprender las distintas perspectivas del estado de forma en deportes de equipo para ir resolviendo de la mejor manera las distintas fases de la temporada. Así, es posible que con un estado de forma individual bajo de los jugadores más formados y un buen estado de forma de los más jóvenes, se pueda en un equipo de nivel alto solucionar con éxito partidos de liga, fases previas de copas y otros torneos oficiales. Pueden definirse posteriormente los momentos y las fases de la temporada donde sea necesario el logro de un estado forma óptimo para toda la plantilla. Los conocimientos del entrenador sobre su propio equipo, los adversarios y el tipo de competición que esté disputando determinarán la planificación que se deberá proponer a lo largo de la temporada.
Carlos Lago Peñas
Referencias:
1 Seirul·lo Vargas, F. (2001). Entrevista de Metodologia y Planificación. Training Fútbol. 65: 8-17.
2 Seirul·lo, F. (2009). Una línea de trabajo distinta. Revista de Entrenamiento Deportivo, 23(4): 13-18.
3 Seirul·lo Vargas, F. (1993). Preparación física aplicada a los deportes de equipo: balonmano. Cuadernos Técnico Pedagógicos de INEF de Galicia nº 7.
4 Seirul·lo, F. (1998). Valores educativos del deporte en D. Blázquez (ed): La iniciación deportiva y el deporte escolar (2ª edición), pp. 61-75, Barcelona: INDE.
5 Seirul·lo, F. (2010). Estructura sociafectiva. Documento INEFC – Barcelona. Tomado de: http://www.motricidadhumana.com/estructura_socioafectiva_doc_seirul_lo_Outline_drn.pdf
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